7 de diciembre de 2008

El llamado artículo 47

Nos encontramos en plena conmemoración del trigésimo aniversario de nuestra Constitución Española. Se están realizando multitud de actos alrededor toda nuestra geografía con el fin de dar a conocer sus artículos e intentar difundir en más profundidad lo que representó y lo que representa. Desde aquí yo me propongo a hablar sobre uno de sus más ilustres artículos: el artículo 47.

Antes de pasar a comentarlo lo pondré íntegramente ya que es posible que sólo con el número no se conozca, pero estoy seguro de que os suena:

“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”

Respecto al principio del artículo (Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada) deberíamos destacar lo siguiente: para poder disfrutar de una vivienda, debido a sus (aún) desorbitados precios, la gente se ha de hipotecar a cuarenta o cincuenta años con una parte bastante relevante de su sueldo (llegando a veces al setenta por ciento). Creo que ese hecho es la definición de esclavitud en toda regla, y la esclavitud es de todo menos digna. Si tú debes dejar de ser una persona digna para poder optar a una vivienda, esa vivienda deja de ser, por consecuencia, digna, así que ya se estaría rompiendo el artículo 47. Y tan sólo hemos comentado la primera línea de éste.

Si seguimos leyendo veremos que pone lo siguiente: Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias (para que los españoles puedan disfrutar una vivienda digna y adecuada). Hasta el momento, que yo sepa, el único al que le han dado una vivienda digna (y creo que digna se queda corto) es a nuestro príncipe. Sería que en Zarzuela no quedaba sitio para ellos y como personas normales se querían independizar, cosa totalmente razonable por otra parte. Lo que no encuentro tan razonable quizás sea el hecho de que todos los españoles, según otro artículo, somos iguales ante la ley. Y yo soy tan español como nuestro príncipe, pero a mí no me han dado un caserón como el suyo.

Más adelante nos expone que Los poderes públicos establecerán las normas de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos. Esos poderes públicos de los que se trata consistieron durante el mandato del Partido Popular con su presidente José María Aznar a la cabeza en una liberación del suelo y especulación sin precedentes. Cada año esos pisos tuvieron una revalorización media del diecisiete por ciento (claramente como la proporcional subida de los salarios, claro), y cuando sólo se revalorizaba el diez por ciento debíamos de estar agradecidos. Y es que corruptos los hay en todas partes, pero sospechosamente se encuentras con más facilidad bajo las filas del PP. Y los hechos lo demuestran: Desde Andratx en las Baleares, hasta la “Ciudad del Medio ambiente” en Soria o los chalets y campos de golf en Burgos, pasando por Murcia, Almería, Cádiz, Castellón, Alicante y Madrid, donde los casos abundan más que las setas en Otoño (véase Villanueva de la Cañada, Torrelodones, Tres Cantos, Navalcarnero o Colmenarejo). Tan sólo algunas comunidades autónomas de España, casualmente las más criticadas, como el País Vasco o Cataluña se han puesto en marcha como otros países comunitarios estableciendo penalizaciones fiscales a los dueños de viviendas vacías, además de otra serie de medidas que protejan los derechos de los ciudadanos a la vivienda.

Para acabar una reflexión de la situación actual: debido a la crisis inmobiliaria parece ser que nos hemos empezado a dar cuenta de la estafa que nos estaban colando vendiéndonos pisos por precios desorbitados. La oferta vendedora y la demanda compradora se están distanciando a pasos agigantados debido a que la gente espera a que los precios bajen aún más mientras que los vendedores los bajan a regañadientes y de muy poco en muy poco con la esperanza de que la gente retome las compras. Los precios bajarán hasta que los constructores consigan colocar todo el stock que tienen acumulado (entre el diez y el veinte por ciento en la casi totalidad del territorio español). Luego, los precios volverán a subir pero la pregunta es: ¿hasta qué precio? Pues determinar ese precio depende de nosotros, de lo que estemos dispuestos a volver a pagar. Debemos de recordar lo sucedido y, por qué no, el artículo 47, aunque suene a utopía.

No paguemos de más por un derecho que nos corresponde.

1 comentario:

  1. El artículo empieza bien. “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. Además no se queda ahí, no. Nos asegura que los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho. ¡Qué “enrollaos” los poderes públicos!, es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando llegas a esta parte.

    Sin embargo, sólo hace falta seguir leyendo dos líneas más para darse cuenta que realmente lo que hacen los poderes públicos es reírse en tu cara con ese “…regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”

    Sin comentarios.

    Y es que el 47 como tantos otros artículos se encuentran dentro del capítulo III de la Carta Magna, que recoge los “Principios rectores de la política social y económica”. Los mandatos aquí recogidos, dicho de una forma breve, no valen para nada si no existe el pertinente desarrollo legislativo. Pues estos mandatos omiten la formulación tanto de los medios que hay que seguir para alcanzarlos como de los mecanismos jurídicos necesarios para exigir su cumplimiento.

    Es decir, si tu vas a un juzgado y dices: Oiga señor juez, que tengo derecho a una vivienda digna (art.47), o que tengo derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado (art.45) lo más fácil es que amablemente te indiquen la salida.

    Estos días se ha publicado una encuesta que aseguraba que el 88% de la población española estaba a favor de una reforma de la Constitución.

    Evidentemente el Presidente del Gobierno ha dicho que en estos momentos no era prioritario (con el desgaste político que le supuso la aprobación del Estatut, que no deja de ser una ley orgánica, una mini-constitución si quieren, imaginen la que se montaría si lo que se reformase fuese la Constitución).

    La mayoría de las personas están a favor de modificar el 57.1, que impide a Leonor acceder al trono cuando llegue el momento. A ver, un poco de cordura, los artículos del 56 al 65 no hay que modificarlos. Son los que regulan a la Corona y determinan por tanto entre otras cosas que la figura del rey es “inviolable” o que Juan Carlos puede hacer lo que se le venga en gana con la partida del presupuesto que se le destina cada año sin dar cuentas a nadie.

    No se equivoquen. Hay que suprimirlos.

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